Asumir el riesgo de elegir


A todos los que nos pica el bicho emprendedor, sabemos que la parte más difícil de elegir es que toda elección implica una renuncia. Dejamos la comodidad y estabilidad de un trabajo en relación de dependencia o la de un proyecto en el cual llevamos mucho tiempo, para ir por algo más propio, más sentido.

No siempre tenemos la razón exacta por la cual necesitamos cambiar, pero lo sentimos. No hay nada mas triste que sentirnos estancados, parados en el mismo lugar después de tanto tiempo. Nuestros contextos al fin y al cabo dependen de nuestras decisiones. Cómo una pieza de cerámica, moldeamos nuestra vida constantemente. Desde que nos levantamos, la manera en la que elegimos encarar el día puede definir nuestro día. Son entonces las elecciones las que nos marcan, mucho más que nuestras habilidades o talentos (¡por eso cuestan tanto!). Nos obligan a ser responsables y consecuentes con lo que hacemos. La pregunta es ¿qué queremos?, y cuando lo sabemos ¿estamos listos para ir por eso?

Emprender es exactamente entender por lo que vamos, y asumir los riesgos. Nadie nos puede asegurar que va a ser un éxito: depende de nosotros mismos. Estar convencidos. Dedicarle tiempo, energía, esfuerzo. Comprometernos con nuestra decisión y “dejarlo todo”. No sirve de nada empezar nuestro propio negocio si no lo acompañamos de una determinación que nos deje exponenciarnos con ella (por eso la importancia de emprender con un propósito, algo más grande que nuestra idea en sí).

Si estás parado en ese momento de la vida, y necesitás un empujón, te dejamos algunas preguntas para que puedas alinearte con tu propósito:

  1. ¿Por qué es importante para mi emprender un negocio?
  2. ¿Qué me motiva?
  3. ¿Cuáles son mis metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo?
  4. ¿Qué tan dispuesto estoy a comprometerme?
  5.  ¿Tengo habilidad para negociar, para ser líder, para comunicar? Si la respuesta es no ¿me animo a desarrollarla?
  6.  ¿En qué consiste mi idea? ¿es rentable?
  7.  ¿Cuáles van a ser mis estrategias, tanto de venta como de difusión?
  8. ¿Cuánto voy a invertir?
  9. Y, ¿si no funciona?, ¿hay plan B?

Bajar nuestras ideas, miedos y proyecciones nos permite pisar mas firme y ganar seguridad para hacer nuestra apuesta. Después nos queda llevarlo a la acción: un camino lleno de incertidumbre y saber eso puede detenernos tratando de buscar “el momento ideal” cuando tengamos todas las respuestas. Tener miedo es lo normal, lo importante es aprender a  controlarlo y usarlo a nuestro favor.

Debe haber pocas satisfacciones que nos completen tanto como alcanzar nuestros propios objetivos y superarnos.

¿Qué ambiciones estás postergando esperando a que llegue la situación ideal?

Probablemente, si llegaste hasta acá: el momento sea ahora.



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