Todos conocemos a alguien que parece tener suerte en todas las áreas de su vida. Probablemente el secreto sea un fuerte #liderazgo personal que le permite mejorar constantemente y trabajar en sus debilidades.
Las nuevas #generaciones ya reconocemos al #liderazgo cómo una habilidad fundamental a la hora de dirigir equipos y grupos de trabajo. Sin embargo, muchas veces no lo aplicamos en nuestras vidas personales. Nos equivocamos al pensar que el liderazgo personal es equivalente al liderazgo #profesional, una “mera” habilidad. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El liderazgo personal no es solo una #experiencia o una habilidad que somos capaces de aplicar, sino que es considerado un proceso que desemboca en un modelo de vida.
Arranquemos por el principio: ¿Cómo definimos a un líder?
Es aquel capaz de modificar o influir en la manera de hacer o actuar de las personas. El líder es la persona capaz de conseguir un “cambio” o “redireccionar” el comportamiento de los demás. Dentro de nosotros mismos, podemos encontrar diferentes elementos que pueden ser dirigidos a nuestros propios #objetivos. En el proceso de conseguir los nuestros, también podemos ayudar a conducir a otros e inspirarlos a conseguir su meta o objetivo. Es decir, aquellas aspiraciones que quiere y busca alcanzar a lo largo de su vida. Un ejemplo es que podemos enfocar nuestras debilidades, nuestras creencias, nuestras habilidades y nuestras fortalezas hacia diferentes objetivos y metas que queramos “conquistar”.
¿Cómo podemos lograrlo?
El liderazgo personal no es más que hacerse responsables de ir hacia nuestras metas y objetivos. Del mismo modo, que un líder ayuda a las personas que conforman una organización a alcanzar el objetivo de la misma. Nuestra meta de vida pasa a hacer también nuestro motor. Requiere toda nuestra atención, predisposición y energía. El problema muchas veces es lograr definir y vivir este proyecto vital, tomar la iniciativa, poner toda nuestra pasión y determinación en un objetivo concreto.
¿Cómo logramos definir nuestro proyecto vital?
– Paso 1 | Ser conscientes:
¿Cuál es mi visión?
¿Dónde quiero llegar?
¿Qué busco con esta meta?
¿En qué situación me encuentro?
¿Qué me separa de mi objetivo?
¿Qué camino tengo que recorrer?
¿Qué logros alcancé actualmente que en el pasado me parecían inalcanzables?
Todas estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos y responder para conseguir optimizar nuestro liderazgo personal. En definitiva, se trata de establecer objetivos alcanzables y medibles que nos motiven y que podamos conseguir en un período de tiempo determinado. Empezar por marcarnos objetivos concretos para cumplirlos a corto y medio plazo y modificar nuestros hábitos para una gestión del tiempo eficiente ¿Qué queremos lograr y con qué objetivo queremos hacerlo?
– Paso 2 | Ser responsables:
¿Cuáles son mis capacidades y recursos internos?
¿Qué puedo elegir libremente?
¿Qué respuesta quiero dar a las situaciones que voy afrontando?
¿De qué decisiones soy responsable?
¿Qué combinación de valores necesito para ser responsable?
Se trata de la capacidad de autoliderazgo y la capacidad de adaptación al cambio. Sin duda, una de las habilidades más importantes que un líder debe tener. No podemos pretender ser buenos líderes sin ser responsables. En este sentido, cuidar nuestra inteligencia emocional y mantener una actitud positiva y optimista frente a los imprevistos y el estrés, nos sirve para salir airosos de ciertas situaciones de tensión, generar confianza en nosotros mismos y llevar a cabo un liderazgo personal mucho más efectivo.
– Paso 3 | Ser proactivos:
¿Qué puedo empezar a hacer distinto a partir de ahora?
¿Qué es lo que más me entusiasma de esta meta?
¿Cuáles son mis fuentes de energía?
¿Qué me ayuda desprenderme de hábitos adquiridos que me alejan de mi visión?
¿Qué indicadores voy a usar para medir los resultados?
¿Qué nuevos hábitos tengo que aplicar?
Efectivamente, para liderar eficientemente nuestros proyectos, tenemos que desarrollar la proactividad. Usar de manera adecuada los recursos materiales y económicos con los que contamos, de forma que los resultados se obtengan de la forma más eficaz y optimizada posible. Básicamente es nunca perder de vista la visión estratégica de tu proyecto y tampoco, las amenazas y fortalezas que afectan a tu competitividad.
RE/SUMIENDO:
Cuando hablamos de #liderazgopersonal estamos hablando de tomar las riendas de nuestra vida, de hacernos protagonistas de nuestra propia historia y de utilizar nuestra energía intelectual, emocional y física para lograr nuestros sueños y asumir la responsabilidad de nuestras decisiones.
En nuestra oficina trabajamos con mucho esfuerzo y de forma personalizada para sacar lo mejor de cada uno. Incluso las personas que no lo tienen de forma “natural” pueden desarrollarlo y usarlo a su favor en todas las áreas de su vida. Todos podemos ser líderes de nosotros mismos. Y a partir de ahí ayudar a otros a alcanzar sus propios objetivos y retroalimentarnos.
¡Podés compartir esta nota con quien creas que le pueda sumar!